Una cosa que no debemos pasar por alto, y es bastante importante, es el impacto de nuestras vacaciones. Por suerte, hay muchas maneras de explorar el mundo sin dañarlo, y a menudo también podrás aportar tu granito de arena para apoyar a las comunidades locales.
Aquí tienes 12 consejos que debes tener en cuenta al planear tu próximo viaje: mete en la maleta la crema solar ecológica y disfruta de una escapada bien verde.
1. Elije un destino que esté trabajando para ser más sostenible
Muchos países y ciudades están reduciendo con gallardía sus emisiones de carbono. Costa Rica es un buen ejemplo, pues ya genera el 98% de la electricidad mediante energías renovables; además, más del 25% de este país biodiverso ya ha sido declarado zona de conservación.
Copenhague, la capital de Dinamarca, ha puesto en marcha dos de las iniciativas de viajes sostenibles más impresionantes de Europa: el fomento de la agricultura ecológica y la construcción de CopenHill: una pista de esquí, snowboard y senderismo en el centro de la ciudad que transforma los residuos en energía para abastecer a decenas de miles de hogares y empresas. Además, más de dos tercios de los hoteles de la ciudad cuentan con un «certificado ecológico».
2. Lleva estos imprescindibles en el equipaje
Si piensas pasar la mayor parte del tiempo en la playa o en el mar, invierte en un protector solar respetuoso con los arrecifes. Ingredientes como la oxibenzona y el octinoxato son nocivos para la vida marina, así que es importante elegir productos sin químicos que protejan tu piel y cuiden el océano.
Organii SPF 50 Sun Milk, la gama sin perfume de Green People y Hawaiian Tropic Mineral Nourishing Milk SPF30 son buenos ejemplos. Llenar un juego de recipientes reutilizables con champús, acondicionadores y cremas hidratantes de casa evitará la necesidad de plásticos de un solo uso.
3. Sé prudente con tu ropa
La moda rápida es uno de los mayores dilemas de contaminación y clima a los que nos enfrentamos. De hecho, según el Foro Económico Mundial, el 73% de la ropa que se produce en el mundo acaba en los vertederos.
Si es posible, mete en la maleta ropa que ya tengas. Si compras ropa que no piensas volver a ponerte, consérvala en buen estado y dónala a un banco de ropa local, o apúntate a Thrift Plus, un mercado de ropa de segunda mano que dona las ganancias a una organización benéfica de tu elección.
4. Elije trenes y autobuses en lugar de vuelos
Con un menor porcentaje de vuelos en activo debido a las continuas restricciones de viaje, ahora es el momento de explorar otros métodos de transporte. Los viajes nacionales en tren y autobús pueden añadir una gran dosis de aventura a sus vacaciones y son especialmente divertidos para los niños.
Los despegues y aterrizajes son los peores para las emisiones de carbono, así que vuele sin escalas siempre que sea posible. Algunas aerolíneas, como Cathay Pacific, están invirtiendo en aviones energéticamente eficientes y biocombustibles, mientras que KLM ha sustituido los viejos aviones 747 que engullen combustible por aviones de doble chorro.
5. Comprueba las credenciales de tu hotel
Desgraciadamente, es fácil poner un logotipo «ecológico» en una página web sin tener políticas que lo respalden, pero las auténticas empresas concienciadas con el medio ambiente hablarán con orgullo de sus procedimientos en Internet. Reserva en complejos turísticos, hoteles y pensiones que mantengan estas medidas.
Si no estás seguro de su postura, no hay nada malo en preguntar. Algunas preguntas a tener en cuenta son: ¿se abastecen de productos de agricultores locales o cultivan sus propios alimentos? ¿Promueven y colaboran con empresas locales? ¿Retribuyen regularmente a la comunidad a través de actos y contratan a trabajadores locales? ¿Han creado hábitats naturales en sus terrenos? ¿Están prohibidos los plásticos de un solo uso?
6. Mostrar respeto por la cultura local
La mejor forma de mostrar aprecio por el lugar que visitas es ser respetuoso con su forma de vida. Antes de ir, dedique tiempo a investigar la historia y la cultura, reconociendo tanto lo positivo como lo negativo. Cuando visite edificios religiosos, vístase adecuadamente: muchos lugares exigen que los visitantes se cubran los hombros y por encima de las rodillas.
También conviene investigar las fechas para estar al tanto de cualquier acontecimiento importante que tenga lugar durante su estancia. Por ejemplo, en algunas partes de Malasia, Indonesia y Oriente Próximo, la mayoría de los restaurantes, fuera de los centros turísticos, cierran durante el día en el mes del Ramadán, mientras los lugareños ayunan.
7. Comer local y de temporada
Comer productos locales, de temporada, no sólo favorece una industria alimentaria más sostenible, sino que también invierte en pequeñas empresas. Es una de las mejores formas de ser sostenible en vacaciones. Sumérjete en la oferta gastronómica regional y disfrute de los productos frescos.
Acude a mercados de agricultores, reserva restaurantes «de la granja a la mesa» o come en bodegas y granjas-café; incluso experimenta con frutas y verduras que nunca antes habías visto.
8. Observa la fauna salvaje con un experto
Las experiencias con animales salvajes bien hechas pueden ser alucinantes. La clave está en organizar el viaje con un experto en fauna salvaje que conozca los hábitats locales y anteponga el bienestar de los animales. Pregunta a los operadores por sus métodos de seguridad y, cuando salga de safari, procure no presionar al conductor para que le acerque a los animales.
Aprender sobre el comportamiento y la fisiología de los animales puede ser la parte más divertida de la experiencia. Si animas y apoyas a los guías turísticos que cuidan de la fauna y el medio ambiente, estarás ayudando a preservar esas experiencias para las generaciones venideras.
9. Paseos a pie y en bicicleta
Reducir las emisiones de carbono es algo que todos debemos tener en cuenta, y encontrar formas alternativas de explorar ciudades y regiones es un buen punto de partida. Las excursiones a pie son muy populares en Gran Bretaña, mientras que muchas ciudades europeas seguras para el tráfico, como Alesünd, Aviñón, Budapest, Copenhague, Hamburgo y Helsinki, animan a los visitantes a hacer turismo en bicicleta.
10. Compra recuerdos a auténticos artistas
Los centros turísticos suelen estar repletos de tiendas de souvenirs que venden maravillosos y coloridos regalos y recuerdos, pero la mayoría de las veces esos productos son fabricados en masa y por personas que trabajan el máximo de horas por el mínimo sueldo.
En su lugar, opta por comprar en los mercados de artesanos, donde se rinde homenaje a los artistas locales y éstos pueden exponer con orgullo sus obras de arte, artesanía y diseño. Así sabrás que estás comprando productos auténticos y que el artista recibe su salario directamente. No compres productos de origen animal, independientemente de su importancia para la zona, ya que sólo fomenta la idea de que los animales pueden utilizarse para hacer dinero.
Yuniet Blanco Salas