El Valle del Urubamba, en el centro de Perú, también conocido como el «Valle Sagrado de los Incas», está delimitado por dos de los lugares históricos culturales más destacados de Perú: Pisac y la atracción turística más famosa de Perú, la ciudadela inca de Machu Picchu.
Sin embargo, este valle de 100 kilómetros de largo ofrece muchas oportunidades para sumergirse en la cultura local, y perdérselas sería una pérdida. Hoy, te invitamos a conocer siete experiencias únicas que puedes tener en este Valle Sagrado de Perú.
1. Prueba el chocolate con coca en el Museo de la Coca
En el artístico barrio de San Blas se encuentra el Museo de la Coca, un lugar discreto y sin pretensiones. El museo consta de un par de salas situadas en la segunda planta de un edificio discreto y su entrada es gratuita.
Descubrirás la historia de la coca, información sobre la propia planta y ejemplos de sus beneficios medicinales. Vea las hojas, conozca el proceso de extracción y elaboración de la cocaína y sepa por qué los lugareños llevan años masticando hojas de coca.
2. Pruebe la sal en Maras
Un poco más al norte y aún más alto se encuentra Maras, donde la sal se ha cosechado desde los tiempos preincaicos. Un flujo eterno de agua de manantial cargada de minerales procedente de los Andes se desvía hacia múltiples balsas construidas en la ladera de la montaña.
El agua se asienta y se evapora, dejando atrás la sal que luego se extrae manualmente, se tritura y se almacena antes de ser envasada para su venta.
3. Asistir a una ceremonia de bendición de llamas
Enclavado en lo alto de los Andes, se llega al caserío de Patacancha por una única carretera de tierra. Allí los recibe Juan, el jefe de facto de la comunidad, y otros miembros de su familia con muchos «Bienvenidos amigos» y abrazos sinceros.
Aquí se realiza un ritual anual que normalmente se lleva a cabo en la víspera de la temporada de apareamiento de las llamas. El simbolismo de la ceremonia al rezar a las montañas y a la madre tierra es para que los bendigan y mantengan a los animales fértiles y sanos.
4. Machu Pichu – Deja que el autobús se encargue del esfuerzo
Aunque se puede ir caminando a Machu Pichu desde Aguas Calientes, un enfoque mucho más relajado es tomar el autobús por el camino empinado y sinuoso hasta la entrada. Una vez atravesada la puerta de entrada, hay que subir una serie de escalones cortos y empinados antes de llegar al mirador que ofrece las clásicas vistas de Machu Picchu.
Los excursionistas que acaban de completar el Camino Inca de 4 días vienen en dirección contraria, por lo que la subida, de unos 20 minutos, es un reto, pero merece la pena.
5. Almuerzo junto a los raíles
Disfrute de un almuerzo en Full House, un restaurante situado en la calle principal, que también hace las veces de plataforma ferroviaria. Comer lomo saltado o la delicadeza local del conejillo de indias mientras el tren pasa a pocos metros de su mesa da un nuevo significado al «almuerzo sobre la marcha».
6. Ver el cementerio en la montaña
La montaña fue utilizada por los incas como cementerio con muchos agujeros construidos en las paredes del acantilado para albergar tumbas. Curiosamente, los cuerpos momificados se depositaban en posición fetal, lo que representaba un retorno al útero.
7. Recorrer los puestos de la ciudad
En el pueblo, las calles bordeadas de coloridos puestos venden todo lo que un turista pueda desear (tejidos, flautas, obras de arte y baratijas), mientras que las mujeres que sostienen alpacas bebé se dirigen a las turistas para que posen para una foto.
Yuniet Blanco Salas