Los mejores hoteles nuevos de este año en el Caribe, México y el Atlántico Norte no son pocos y abundan en tesoros culturales y en una cocina marvillosa. Todo lo que queda es que elijas a dónde ir primero.
1. Naviva, A Four Seasons Resort, México
En la exclusiva península de Punta Mita, en el Pacífico mexicano, rodeada por playas de arena blanca y exuberante vegetación tropical, Four Seasons ha reinventado el concepto del lujo con este glamping donde naturaleza, sostenibilidad y bienestar espiritual son los tres pilares de la experiencia Naviva, cuyo nombre significa naturaleza viva.
Este resort cuenta con 15 espectaculares cabañas de madera, cuyos planos han sido dibujados por las propias características del terreno y un formato todo incluido donde lo único que necesitas es una pulsera de cuentas de madera. Tendrás además una piscina privada con vistas al mar y podrás disfrutar de experiencias en los alrededores, como caminatas por la jungla, yoga al amanecer, tratamientos en su spa–rituales prehispánicos incluidos–o catas de mezcal.
Este resort cuenta con un novedoso sistema de placas que captan el rocío nocturno de la selva para transformarlo en agua potable. Todo un ejemplo de arquitectura biofílica donde rendirse al lujo 2.0.
2. Rock House, Islas Turcas y Caicos
Ubicado en las islas tropicales Turcas y Caicos, ofrece algo nuevo y diferente gracias a su inspiración mediterránea. Es elegante sin excesos, el tipo de hotel que te anima al disfrute pero con voz queda, sin abrumar.
Inaugurada en el 2022, la propiedad es la última incorporación a la conocida marca Grace Bay Resorts, una síntesis perfecta de sus 30 años de experiencia en hoteles de lujo. Ofrece una experiencia moderna de estilo europeo diseñada con sumo cuidado, desde el entorno natural que lo rodea hasta la aplicación propia para móvil que permite comunicarse con el equipo del hotel sin moverse de la piscina.
Aunque es apto para familias, quien mejor aprovechará este lugar son las parejas y los huéspedes que busquen un entorno tranquilo en el que descansar y recuperarse.
3. Sunset Reef, San Cristóbal y Nieves
Al salir de la carretera principal del pueblo de Trinity, pasarás por una carretera llena de baches rodeada de palmeras y poco más. Este nivel de privacidad acabará por ser uno de los mayores encantos de Sunset Reef, lo que le da ese aire único en una isla en la que casi todos los complejos de lujo son resorts.
Entre su ubicación en un acantilado y su número de habitaciones (solo 7 suites renovadas), puedes imaginar que no hay nadie más, al menos hasta que sea hora de comer junto a la piscina o dirigirte al pequeño bar Sandbar para ver el atardecer junto a otros huéspedes.
Hay un servicio de conserje personalizado que podrá organizarte actividades según lo aventurero que seas, de paseos por la jungla pluvial con la empresa local Greg’s Safaris a una cata de ron en la destilería familiar Old Road Rum.
4. Waldorf Astoria Cancun, México
La propiedad tiene un diseño inspirado en la estética maya tradicional, y muchas de las decoraciones del vestíbulo y las habitaciones son obra de artistas locales. No faltan los servicios que cabría esperar de la marca Waldorf Astoria, todos destinados a añadir a la sensación general de desconexión y relax.
Desde la entrada al terreno hasta el propio hotel hay unos ocho minutos en coche, lo cual añade a la experiencia de adentrarse poco a poco en un lugar privado y exclusivo. Está junto a la playa, lo que permite acceder fácilmente a toda suerte de actividades como kayak, paddlesurf y submarinismo.
Todas las habitaciones tienen vistas directas al mar, balcón privado con piscina y una ducha efecto lluvia ideal para refrescarse al volver de un día al sol. El spa parece sacado de un sueño, y el excelente servicio pone la guinda a unas vacaciones perfectas.
5. Coulibri Ridge, Dominica
Coulibri Ridge se creó con la conciencia ambiental ya en mente y es parte de su misma esencia. Lo que en tiempos coloniales era una plantación de cítricos se ha transformado en un refugio autosuficiente entre verdes montes que planea, con el tiempo, empezar a proporcionar energía al pueblo cercano.
La extensa propiedad genera su propia energía con sus 90 paneles solares y sus 288 baterías reciclables sin litio. Sus dos piscinas comunitarias, además de calentarse con energía solar, se desinfectan con ionizador solar con ánodo de cobre, que elimina algas y hongos.
Pero todo esto no significa que este hotel sea práctico antes que estético: las modernas villas tienen unas increíbles vistas panorámicas del mar, además de pequeñas piscinas privadas; los desayunos incluidos en el precio son abundantes y variados, con toda clase de manjares tropicales, y el spa tiene salas de tratamiento interiores y exteriores.
Yuniet Blanco Salas